En placeres sin pecar
el más dulce, es cagar.
El periódico extendido
y el cigarrillo encendido,
queda el culo complacido
y la mierda en su lugar.
El cagar es un placer,
de cagar nadie se escapa:
caga el Rey y caga el Papa,
caga el buey, caga la vaca,
y hasta la mujer más guapa
hace bolitas de caca.
Viene el perro y lo huele,
viene el gato y lo tapa.
En este mundo de caca
de cagar nadie se escapa.
Cacas blandas de hepatitis,
las hay blandas por gastritis.
Cualquiera que sea la causa,
aprieta las piernas duro
que cuando el trozo es seguro
que esté bien fruncido el culo
y al menos, pedo seguro.
El baño no es tobogán,
ni tampoco subibaja.
El baño es para cagar
no para hacerse la paja.
Los escritores del baño
son poetas de ocasión,
que buscan entre la mierda
su fuente de inspiración.
Os creéis vosotros sagaces
y de todo os reís,
decidme si sois capaces
de cagar sin hacer pis.
En este lugar sagrado
donde tanta gente acude,
la chica se pasa el dedo
y el tipo se la sacude.
El tipo que aquí se sienta
y de hacer versos se acuerda,
no me vengan a decir
que no es poeta de mierda.
En este lugar sagrado
que se sienta tanta gente,
hace fuerza el más cobarde
y se caga el más valiente.
Estoy sentado en cuclillas
en este maldito hoyo...
¿Quién fue el hijo de puta
que terminó todo el rollo?
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